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Edebé, Barcelona, 2017. 232 pp.
ISBN: 978-84-683-3488-2
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Sinopsis
A lo largo de 50 entradas de Youtube, Alberto, un
chaval de 16 años, nos va desvelando su realidad y la de toda una generación.
Hace poco le salvé la vida a un tío. Dicho así, ya sé que suena un poco fuerte.
Pero es verdad. A veces la verdad es fuerte. Seguro que os estáis preguntando
qué pasó, qué hice. Igual me imagináis como un héroe. Alguien que va por ahí
salvando vidas o salvando mundos. O que lleva capa y una «S» muy grande en la
camiseta. No os rayéis. Soy un tío como todos, pero más raro. Creo que si no
fuera raro, las cosas habrían sido distintas. De aquella madrugada apenas tengo
recuerdos nítidos. Todo fue cuestión de tres o cuatro segundos. Apenas tuve
tiempo de pensar, pero sí de formularme una pregunta horrible: «¿Y si no hago
nada?».
Podéis saber más dirigiéndoos a los
siguientes enlaces:
Página de Edebé, haciendo click
AQUÍ
Si quieres leer
el primer capítulo, haz click
AQUÍ
Web trailer dirigido por Adrián Olmedo:
Han dicho de ella:
Manejando parámetros convencionales, Care Santos
añade a su coctelera novelística otros ingredientes (retos alcohólicos
nocturnos, el rodaje por parte de Alberto de un documental para un certamen de
cortos, peleas, divorcios, ingresos hospitalarios...), que convierten la mezcla
final en un texto sugerente y lleno de atractivos para los lectores
adolescentes. Los cuales, al mismo tiempo, disfrutarán de un formato narrativo
al que no estarán muy acostumbrados: cada capítulo de la novela viene encabezado
por una característica del personaje que sirve como hilo conductor del relato
(...). Añadamos al conjunto una serie de frases impactantes, una estructura
cinematográfica y un final con tirabuzón feliz, y tendremos un nuevo éxito de la
escritora más versátil del panorama nacional.
Rubén Castillo Gallego, Librario íntimo
Una novela que hay que leer…
Porque los personajes son de carne y hueso. Es decir están encarnados. Son
reales, contradictorios, incoherentes, inconscientes e inocentes, crueles y
peligrosos. Todo junto, todo revuelto.
Porque la mirada de Alberto encierra toda la ansiedad, el miedo, la curiosidad y
la necesidad de ser querido de un adolescente consciente de que lo es.
Porque los ojos rasgados de Keiko hablan bajito de lo que no se dice, de lo que
se siente, lo que se lleva dentro. En japonés: honne.
Porque la actitud desafiante de Pedro, su agresividad, su violencia dicen a
gritos que todos tenemos miedo, que todos somos frágiles aunque una botella de
ginebra en la mano diga lo contrario.
Porque la voz del narrador desaparece, se esconde, se retira disimuladamente y
nos deja a solas con los adolescentes, sus temores, sus dudas, sus zozobras. En
medio de la noche, mirando en la distancia a los jóvenes que ríen, vociferan, se
empujan, tropiezan… caen.
Pepe Trívez
Web aPALABRAzos